Técnicas arquitectónicas antisísmicas
Las técnicas antisísmicas para la edificación de nuevas viviendas es una prioridad en ciudades del centro del país. Sin embargo, para lograrlo no se necesitan grandes tecnologías como lo podemos ver en algunas casas a base de tierra que han perdurado hasta más de 300 años.
El adobe, el ladrillo o la madera pueden adaptarse a los movimientos de los sismos y de acuerdo al último censo realizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Santo Domingo Tehuantepec existen 250 viviendas de este tipo.
Las viviendas que han sido construidas con estos materiales, tienen en promedio, de 100 a 300 años y solo el 2% sufrieron un colapso en el terremoto del 7 de septiembre del 2017.
Arquitectura vernácula
Se describe como un edificio popular que crece en respuesta a las necesidades reales. Que se ajusta a un entorno por personas que no sabían mejor que encajar con el sentimiento nativo.
Esta utiliza técnicas y materiales originarios de su región, así como un conocimiento generalmente transmitido de generación en generación.
Se nutre de materiales locales, técnicas y soluciones constructivas particulares. Es el propietario quien construye, apoyándose en la comunidad y la tradición, ya que emplea los sistemas de construcción de sus ancestros.
Un edificio diseñado con arquitectura vernácula responde a los tres pilares del desarrollo sostenible que son el pilar social, económico y ambiental.
Promueven actividades tanto sociales como profesionales dentro de una ciudad.
Dichas edificaciones se caracterizan por muros gruesos que alcanzan hasta los 8 metros de altura, a base de materiales nobles como el barro, la paja y madera, elementos que le dan la característica única en caso de sufrir algún daño estructural.
Por: Samantha García