Balkrishna Doshi, gurú de la arquitectura moderna

Balkrishna Doshi, gurú de la arquitectura moderna

B.V. Doshi, uno de los practicantes más famosos de la arquitectura india, nació en Pune, India, en 1927. Casi 90 años después, es reconocido con el Premio Pritzker 2018.

 

En estos tiempos en que la arquitectura se asocia cada vez más con términos como rentabilidad, ganancia o mercado, el que un arquitecto hable de experiencia, silencio, bienestar, comunidad y paz, es un signo de esperanza. Y más si ese arquitecto o filósofo —como se le considera—, es reconocido internacionalmente con el premio Pritzker 2018. Hablamos de Balkrishna Doshi, arquitecto, planeador urbano y profesor hindú, pionero en la edificación de viviendas de bajo costo.

Su obra ha logrado la materialización de sus ideas: fomentar un sentido de comunidad, reflexionar en cómo el espacio puede promover la paz interna, o las ciudades contribuir a la salud de una sociedad: “La arquitectura debería ser una experiencia, si no, es solamente un producto” afirma.

Heredero de la tradición de grandes maestros arquitectónicos del siglo XX como Le Corbusier y Louis Kahn, Doshi posee un amplio portafolio de proyectos educativos, culturales, públicos y residenciales que se caracterizan por combinar tradición y modernidad, lo que puede verse claramente en sus dibujos y bocetos conceptuales.

Entre ellos destaca el proyecto de Vivienda de Bajo Costo Aranya (1989), donde más de 80.000 residentes con ingresos medios y bajos ahora viven en hogares que van de unidades modestas de una sola habitación a casas espaciosas con patios compartidos para las familias; el conjunto habitacional Ahmedabad (1973), que combina viviendas para familias con distintos ingresos en tres niveles de un bloque piramidal; o el Plan Maestro y Diseño Urbano de Vidhyadhar Nagar (1984) en el que destaca su uso de canales para captación y distribución de agua.

Por su labor, ha recibido premios nacionales e internacionales en más de una ocasión, sin embargo, la carrera de setenta años de Doshi no se centra en el reconocimiento, sino en la actividad arquitectónica como promotora del bien común. Su arquitectura, además, es una evocación de la historia y la cultura indias, y se inspira en la grandeza de los santuarios y los templos, el bullicio de las calles urbanas y los materiales locales como los que había en el taller de muebles de su abuelo.

Hoy en día, en la entrada de su estudio, Doshi guarda un retrato de su maestro Le Corbusier junto a las representaciones de la diosa Durga y el Señor Ganesha: “Les doy las gracias cada vez que entro o salgo de la oficina. Ellos me cuestionan, yo mantengo un diálogo en silencio con ellos, porque ahí están. Un gurú no es un ente, un gurú es una parte de tu corazón”. Afirma, y entre preguntas, reflexiona: “¿Cuál es el papel de la arquitectura actualmente? ¿Seremos proveedores de servicios para un solo cliente o vamos a ser útiles para la sociedad en general?”


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