GRAN EDIFICACIÓN EN LA SOCIEDAD

En este artículo reflexionaremos un poco acerca del papel de las grandes edificaciones en la sociedad, en especial la pirámide del faraón.  Keops (segundo faraón de la 4^a dinastía) ordenó la construcción de la pirámide que hoy lleva su nombre hace más de 4,500 años, sin duda generó una enorme cantidad de trabajo, dio de comer a muchos súbditos y esclavos, sin embargo, no generó ninguna riqueza permanente a los habitantes del reino, ciertamente obsequió beneficios para sus favoritos de la casa militar y sacerdotal, pero en realidad no obtuvo ninguna utilidad social y dejó exhaustas las arcas reales.

 

La pirámide y otras obras de similar esplendor no denotaron nuevas tecnologías conocidas, ni generaron abundancia en el reino y sólo pasarían a ser de interés y generar riquezas 4,500 años después para el moderno Egipto: a la cátedra universitaria, hoteles, líneas aéreas y a empresas turísticas, pero la obra como tal, no salvó a los egipcios de su miseria, pues durante milenios sólo representó la creencia y poder de un hombre que se suponía era “Dios”.

 

Milenios después, los proyectos de gran envergadura en países punteros dela economía mundial, tienen como propósito la generación, utilidad y riqueza, así como el objeto de convertirse en detonadores económicos y sociales para sus estados.

Éstas obras nacen bajo un plan preconcebido y con un cuidadoso diseño que pasan por paneles de especialistas abocados a una viabilidad técnica, económica y utilidad social. La transformación del mundo y la inversión en grandes obras es una tarea altamente compleja pues su concepción y realización no pertenecen a la ocurrencia lúdica.

Hoy en día presenciamos desdén por profesionistas y técnicos, y que es muy fácil, ejecutar un pozo petrolero o construir una carretera, la única explicación quizá fue la del dogma político se encuentra en una investigación sobre la competencia e incompetencia metacognitiva del individuo denominada el efecto Dunning-Kruger.

Este sesgo tiene como efecto que la persona que lo presenta no mide correctamente su habilidad y da por sentado que sus conocimientos y experiencia son por encima de la realidad, lo que en suma cancela la posibilidad de reconocer su ineptitud e incapacidad sobre ciertos conocimientos.

 

Debemos esforzarnos en detener la devastación de una industria que es clave para la activación de una economía.

 

 

Por: Samantha García