Luis Barragán, el mexicano que ganó un Premio Pritzker

Luis Barragán, el mexicano que ganó un Premio Pritzker

El trabajo arquitectónico de Luis Barragán se basó en expresar las costumbres y tradiciones mexicanas en su obra, usando materiales relacionados con la naturaleza, entendió los espacios y la realidad, rompió con los accesorios figurativos que se utilizaban en la primera mitad del siglo XX en la arquitectura mexicana.

Luis Barragán fue el primer arquitecto latino y el único mexicano en ganar el Premio Pritzker, el reconocimiento más importante en el mundo de la arquitectura, lo obtuvo en 1980, y fue en la segunda ocasión se otorgó el galardón. Incluso, Jay Pritzer elogió la obra del mexicano llamándola “un acto sublime de imaginación poética”. 

Originario de Guadalajara, Jalisco, Luis Ramiro Barragán Morfín nació el 9 de marzo dentro de una familia de hacendados y católicos, sus padres fueron José Barragán y Ángela Morfín, creció con sus seis hermanos en el barrio de Santa Mónica en Guadalajara. Su infancia la pasó entre la naturaleza, haciendas y el campo, que lo marcaría para su creación artística. 

Estudió en la Escuela Libre de Ingenieros de Guadalajara entre 1919 y 1923, su interés por la arquitectura se originó por la influencia de Agustín Basave, uno de sus profesores. Y en diciembre de 1923 se graduó como ingeniero civil.

Posteriormente, en los años de 1924 y 1925 viajó por Francia y España donde conoció los planeamientos urbanísticos y arquitectónicos de la época, durante su estancia en Europa quedó impresionado por la belleza de los jardines de las ciudades que visitó, lo que incentivó su interés por la arquitectura del paisaje.

Durante su estancia en París, asistió a conferencias de maestros como Le Corbusier, y de otros grandes de la arquitectura. Su viaje a Marruecos, estimuló su interés por la arquitectura autóctona del norte de África y del Mediterráneo. 

También entró en contacto con el arte europeo, visitó la exposición de las Artes Decorativas de París, de la cual surge el llamado Art Déco, estilo que recreó cuando participó en la construcción del Parque Revolución de Guadalajara. 

El Parque Revolución ofrece la perfecta combinación entre historia y modernidad.

A su regreso a Guadalajara construyó algunas residencias que fueron publicadas en revistas de arquitectura de Estados Unidos e Italia, algunas de sus construcciones ya contaban con su marcado estilo como la casa de Efraín González Luna de 1928, de Enrique Aguilar de 1928 y de G. Cristo de 1929, entre otras. 

Tras la muerte de su padre en 1930, Barrgán se hizo cargo de los negocios familiares, seis años después se trasladó a la Ciudad de México, donde construyó residencias y algunos edificios de departamentos en la colonia Cuauhtémoc.

En los años cuarenta, adquirió un amplio terreno en el que realizó jardines, en estos proyectos pudo trabajar libremente y desarrolló todo a su gusto personal, procurando que tuviese rasgos tanto de la arquitectura popular como de los antiguos conventos de México, que fuese una expresión de arquitectura contemporánea, y marcando su sello personal.

De 1940 a 1945 dedicó parte de su tiempo a estudios de planificación, negocios en bienes raíces y adquirió propiedades. En terrenos con gran abundancia de lava volcánica descubrió las posibilidades de realizar bellos jardines en las rocas, lo que despertó en él la ambición de desarrollar ahí una urbanización residencial, cuya casa fue la primera erigida en la zona.

En la década de los cincuenta siguió construyendo residencias, y desarrolló proyectos de jardines para diversas empresas y construcciones. En 1957, en colaboración con el escultor Mathías Goeritz realizó las Torres de Satélite, emblema de Ciudad Satélite. 

Originalmente diseñadas como una gran fuente dispuesta en la entrada de la naciente ciudad, las torres se han convertido en un símbolo distintivo de la zona.

Ese mismo año Barragán promovió un fraccionamiento residencial al norponiente de la Ciudad de México, Las Arboledas, para el cual hizo el proyecto completo de planificación, incluyendo obras de ornato y la arquitectura de paisaje general. También participó en la creación de otra urbanización, el Club de Golf la Hacienda.

De 1969 a 1973 trabaja en los proyectos no realizados del plan maestro de Cano, en el Estado de México y en Guadalajara, así como la fuente monumental en Lomas Verdes, con Ricardo Legorreta. Para 1974 realizó la Casa Gilardi, la última obra que llegó a terminar íntegramente. 

Dos años después, el Museo de Arte Moderno de Nueva York presentó la primera exposición sobre su obra y publicó el libro catálogo de Emilio Ambasz, lo que lanzó a Barragán a la fama internacional, ese mismo año recibió en México el Premio Nacional de Ciencias y Artes. 

A inicios de la década de los ochenta su obra fue reconocida con el Premio Pritzker, convirtiéndose en el único mexicano en obtener esta distinción. En 1985, visitó la ciudad de Guadalajara para recibir el Premio de Jalisco y en 1987 fue galardonado con el Premio Nacional de Arquitectura.

Falleció el 22 de noviembre de 1988 en su casa de Tacubaya, a la edad de 86 años; sus restos fueron trasladados a su natal Guadalajara para depositarlos en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres.

¿Cómo se puede definir su obra? 

El trabajo de Luis Barragán puede ser considerado como minimalista, pero también suntuoso por el color, la textura que usaba y la luz, aunado a que sus materiales predilectos eran el estuco, el adobe, la madera, y todo aquello que tuviera relación con la naturaleza. 

En su obra destacan casas y caballerizas hasta barrios enteras, una de sus más grandes contribuciones es el proyecto urbanístico de Jardines del Pedregal de San Ángel, al sur de la Ciudad de México, por su diseño de jardines de rocas y las normas de construcción para proteger el paisaje y destacar la belleza de la piedra volcánica.

Diversos especialistas coinciden que Barragán retomó parte de la estética mexicana en los elementos más importantes de sus obras como el muro, las texturas y el color.

Conoce algunas de sus obras más famosas de Luis Barragán.

Casa Estudio Luis Barragán

Inició su construcción en 1947 y finalizó un año después, la fachada es austera y pasa desapercibida en Tacubaya, el edificio cuenta con 1 161 metros cuadrado y entre sus materiales de cuenta con hormigón armado, que representa una mezcla de estilos arquitectónicos, con elementos tanto modernistas como tradicionales mexicanos. 

En 2004, la UNESCO reconoció la trascendencia internacional de esta estructura al incluirla en su lista de Patrimonio Mundial. Actualmente funciona como museo que puede visitarse.

Casa Gilardi 

Barragán realizó esta construcción a los 80 años de edad, la obra refleja la influencia de la cultura mexicana y de los pintores Diego Rivera y Frida Kahlo. La casa fue diseñada en un terreno en Tacubaya.

Clubes Luis Barragán

Esta obra se encuentra en el Fraccionamiento Los Clubes en el municipio de Atizapán de Zaragoza, en el Estado de México. Es un conjunto de caballerizas y la llamada Casa Egerstrom, es un símbolo de la obra de los volúmenes de muros, planos, el uso del agua y el color.

Torres de Satélite 

Barragán las realizó en colaboración con el escultor Mathias Goeritz, las Torres de Satélite fueron una de las primeras esculturas a gran escala en la Ciudad de México, su altura oscila entre 52 y 30 metros, fueron inauguradas en 1958, en un inicio estaban pintadas de blanco, amarillo y ocre, siguiendo con el esquema de color de las torres de San Gimignano, en las que están inspiradas. Sin embargo, en 1976 fueron pintadas de sus colores actuales.

Capilla las Capuchinas 

Fue un proyecto la ampliación de la Capilla y el Convento de las Capuchinas Sacramentarias, ubicada en la alcaldía de Tlalpan.

Pese a que Luis Barragán cuenta con un número reducido de obras, su figura cobra una enorme importancia para las nuevas generaciones de arquitectos, su amor a la naturaleza se nota en cada uno de sus proyectos.

Por Ingrid Luna


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