Viviendas abandonadas serán regeneradas
Román Meyer Falcón, titular de la SEDATU, comentó que en los siete municipios aledaños al aeropuerto Felipe Ángeles hay un total de 250 mil viviendas abandonadas, de un total de 650 mil a nivel nacional. Asimismo, enfatizó que en Tecámac y Zumpango, el número de viviendas en situación de abandonos suman más de 50 mil viviendas, de los cuales se tiene una meta de rescatar al menos 40 por ciento.
Se formó un convenio de ambas dependencias para fomentar el desarrollo de infraestructura básica y de equipamiento, así como medidas que tiendas a aumentar la plusvalía de los inmuebles, ya que tienen como objetivo revertir los factores que proporcionaron el rezago urbano y social.
El acuerdo establece el desarrollo de diagnóstico y “Plan Maestro Participativo” de los polígonos de interés para la rehabilitación, conservación, mejoramiento, construcción y comercialización de las viviendas recuperadas, o desarrollo de comercios, mediante operadores o algún otro organismo.
El Secretario indicó que tienen “como meta recuperar más de 100 mil viviendas durante este sexenio; fue muy fácil construir volúmenes masivos de vivienda en las afueras de las ciudades, lejos de las fuentes de trabajo, pero recuperarlas sí requiere una colaboración mucho más estrecha con las autoridades municipales porque sin ellas, el Programa de Recuperación de Vivienda Abandonada no encontraría cabida. Requerimos que tanto ellos como el gobierno estatal apoye a este programa con infraestructura, servicios y mejoras en el entorno de ellas”.
De las 100 mil viviendas abandonadas, Román Meyer adelantó que se firmaran más de 80 convenios de colaboración con los municipios donde se encuentran esas propiedades; asimismo, que buscan colaborar en la actualización del Programa Municipal de Desarrollo Urbano y conformar los planes maestros de intervención para que la vivienda deje de ser vista como elemento financiero.
Carlos Martínez Velázquez, director general del Infonavit, señaló que van a trabajar para recuperar el entorno urbano, “cerrar brechas de desigualdad y asegurarnos de que las familias que vuelvan a habitar en esas casas puedan formar un patrimonio y se sientan tranquilas cuando sus hijos salgan a jugar a la calle”
Por: Samantha García