La ciudad noble y lógica de Carlos Contreras

“Una ciudad noble y lógica. Las propuestas de Carlos Contreras Elizondo para la Ciudad de México”, es el título del libro de Alejandrina Escudero que recientemente fue reconocido en la Bienal Mexicana de Arquitectura. Aquí compartimos algunos comentarios sobre esta importante obra.  

 

Se trata de un libro imponente, en todo sentido. El volumen de la edición lo hace poco portable, pero el verdadero peso de las 428 páginas que lo constituyen, es precisamente, el de la historia de una ciudad en transición, crecimiento y recomposición, aquella que durante la primera mitad del siglo XX soñaba con la modernidad.

Libro de peso, pero no pesado, pues su diseño, el capitulado, la redacción y las imágenes hacen de éste un ejemplar atractivo con múltiples posibilidades de lectura. Coeditado por la Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial, el Instituto de Investigaciones Estéticas y la Facultad de Arquitectura, así como de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, Una Ciudad Noble y Lógica es un texto indispensable para los amantes de la historia de nuestra urbe y para aquellos interesados en conocer los procesos que dieron forma a la ciudad que conocemos.

La publicación problematiza los imaginarios urbanos desde la historia del arte, entre ellos, la aspiración de un proyecto de ciudad que se aprecia en mapas, planos, textos, fotografías y estudios, donde se asientan las utopías de sus colegas contemporáneos que compartieron el anhelo de una ciudad ordenada y armónica.

Se puede decir que son dos los protagonistas de este libro, la Ciudad de México y Carlos Contreras, arquitecto, urbanista, profesor, egresado de la Universidad de Columbia de Nueva York en 1921 y pionero del urbanismo científico en México que se basaba en datos, coordenadas exactas, información demográfica y estadística moderna.

En el panorama político y social posrevolucionario, Carlos Contreras promovió y teorizó ejercicios de planificación territorial involucrando a diversos sectores de la vida política, empresarial y social.  Gestionó y desarrolló propuestas de reglamentación para definir los lineamientos criterios y normas de los planes de regularización nacionales; procuró que la compleja realidad urbana se convirtiera en un mecanismo claro, lógico, accesible con el afán de mejorar armónicamente diversas ciudades del país.

Además, constituyó varias asociaciones de profesionistas en la materia, creó revistas especializadas, tuvo una importante actividad docente y fundó en 1927, junto con otros arquitectos, fundó la Asociación Nacional de Planificadores de la República Mexicana “ANPRM”, con la que llevó a cabo los planes generales de desarrollo de distintas urbes a nivel nacional.

El trabajo de investigación de la autora es digno de destacar, pues se dio a la tarea de interpretar y contextualizar la información recabada de un archivo integrado por fotografías, postales, placas fotográficas, documentos, escritos, libros, planos y dibujos. Por todo ello, podemos decir que es una obra que se debe celebrar, disfrutar y valorar pues permite sumergirnos en una ciudad que no para de crecer, de imaginarse, de interpretarse y de escribir su propia historia.