Listo el rompeolas para el Nuevo Puerto de Veracruz

Con una inversión cercana a 3 mil millones de pesos, se dio por concluida esta magna obra de ingeniería que dará inicio a una nueva etapa histórica para el Puerto de Veracruz

 

La historia del puerto artificial de Veracruz tiene el ritmo del mar, un vaivén de eventos, fracasos, periodos de tormenta y días de gloria. Su origen se remonta al 10 de agosto de 1882 cuando se colocó la primera piedra durante la administración de Don Domingo Bureau. En ese entonces tres empresas mexicanas intentarían construirlo sin éxito.

En 1895 la administración de Porfirio Díaz consiguió un equilibrio del presupuesto público, y con ello, un ambiente saludable en cuestiones financieras. Bajo este cobijo, la inversión extranjera fructificó e invirtió en infraestructura. El caso del Puerto no fue la excepción: su construcción fue concesionada al empresario inglés de nombre Weetman Dickinson Pearson.

El puerto artificial fue  inaugurado el 6 de marzo de 1902 por el mismo presidente Porfirio Díaz. En una ceremonia “hizo un acta de inauguración, la leyó y dejó dicho: abierto de hoy y para siempre el puerto de Veracruz”, afirma el historiador veracruzano, Ricardo Cañas.

Esta magna obra de ingeniería, en tiempos recientes se vio rebasada. Se hablaba de un crecimiento limitado, de la falta de espacio para recibir embarcaciones de nueva generación – naves de hasta 400 metros, en comparación con las de 60 metros que arribaban en sus primeros años−, así como para ampliar su capacidad, por lo que se enfrentó a una saturación de diversos tipos de carga en contenedores y automóviles.

Y así comenzó una nueva etapa de la que se tienen noticias actuales, pues fue anunciada la conclusión de los trabajos para concebir el rompeolas más grande de América Latina, de 4.3 kilómetros de longitud.

La función del rompeolas es crear un área de calma para que los barcos puedan atracar, destacó Jorge Enrique Baños, subgerente de desarrollo y ejecución de proyectos de la Administración Portuaria Integral de Veracruz. Fue construido de piedra, con rocas de 20 kilos a 200 en la capa de núcleo; las más grandes son de tres toneladas y media. Además, se empleó concreto para fungir como una coraza.

Su construcción requirió una inversión cercana a 3 mil millones de pesos y es parte de un gran trabajo de ingeniería y de logística, ya que se movilizaron 10 millones de metros cúbicos de piedra, lo que implicó el manejo hasta de 27 mil camiones diarios.

Con la conclusión del rompeolas y una vez que sean entregados a los concesionarios las áreas ganadas al mar y atraque el primer barco —a finales de junio—, el Nuevo Puerto de Veracruz iniciará un nuevo ciclo pues se habrá aumentado su capacidad de carga de 28 millones de toneladas a 95 millones de toneladas anuales y además contará con 35 posiciones de atraque y dos dársenas de ciaboga.