Torre que rompe paradigmas

Torre que rompe paradigmas

Se planeo este desarrollo residencial de lujo en Puerto Cancún, a la altura del kilómetro cero de avenida Kukulcán, el equipo interno de Arquitectura diseñó la aleta de acero y concreto que alcanzará una altura de 20 niveles, la causa en pro del tiburón ha tomado fuerza en colaboración con la asociación Saving Our Sharks, quien estará a cargo del laboratorio de investigación científica de este animal marino.

 

El proyecto consta de una torre de condominios y seis residencias, con fecha de entrega planeada para agosto de 2021. La torre integrará 134 unidades con distintas dimensiones y formas. Mientras que en la parte posterior del edificio habrá seis mansiones rodeadas de un cuerpo de agua, que ocupan casi 50% de la capacidad del terreno, terminados de lujo y diversas amenidades. En total, son 54,000 metros cuadrados de construcción con un sistema de piloteo para cimentación profunda.

 

A dos años de haber iniciado la obra, el avance actual estimado es de 75%. La estructura ya está terminada, ahora se está trabajando en la envolvente diseñada para resistir huracanes, con ocho niveles cerrados con cancelería que ayuda a optimizar el uso de energía eléctrica a través del aislamiento térmico.

 

La forma de la estructura resolvió la creación de espacios desafiantes, cuyos principales elementos consisten en trabes transfer para conformar los niveles superiores al 13. La envolvente del edificio es de mortero moldeable aligerado instalada sobre una estructura de acero reforzado, está conformada por vigas en i roladas, a prueba de adversas condiciones climáticas, que aportan seguridad y estética.

 

Con las aportaciones de Shark Tower se han generado varias acciones, por ejemplo, convencer a los pescadores de que el tiburón vale más vivo que muerto y reducir su caza furtiva.
Un avance consiste en que los pescadores de Isla Mujeres están reestructurando su economía y se comprometieron a liberar a cualquier tiburón menor de dos metros que caiga en sus redes.

 

Por: Samantha García


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