Desarrollo sustentable para recomenzar
Materiales tradicionales y participación comunitaria para la reconstrucción de viviendas en el Istmo de Tehuantepec.
Un acercamiento a la reconstrucción masiva de las casas rurales implica considerar más aspectos que la simple elección de materiales. Hay cuestiones sociales y culturales de gran complejidad y delicadeza, asuntos económicos, de índole gubernamental, de tradiciones constructivas, modos de vida regionales, etc. Ninguno de estos temas debe ser ignorado, pues cada uno se relaciona con los demás y permite conocer el problema desde su real magnitud.
Bajo esta óptica, y con la precariedad que implica trabajar en una zona de desastre, la Asociación Civil Cooperación Comunitaria desarrolla un método para reconstruir las viviendas perdidas por los sismos recientes en el istmo de Tehuantepec.
La arquitecta Isadora Hastings encabeza este proyecto y argumenta que antes de plantear un diseño es importante escuchar y aprender de los saberes tradicionales.
Al involucrar a la comunidad en la reconstrucción, se tocan además fibras psicológicas: se motiva a la población afectada a salir adelante y de esta forma el proceso es más rápido.
Así mismo remarca la importancia de recuperar la arquitectura local ya que se ha ido perdiendo por varios factores, entre ellos, la creencia de que ciertos materiales como el tabicón y el concreto son mejores. Sobre esto, comenta que no es el material, sino el sistema constructivo el que falla ante los sismos. El adobe, ladrillo, teja, palma y demás materiales tradicionales son resistentes si están bien colocados como parte de un sistema, y además tienen la ventaja de adecuarse tanto al clima como a los usos y costumbres de los habitantes de la región.
La reconstrucción sustentable se plantea entonces como una opción para ayudar a las comunidades afectadas, que no sólo implique la construcción de viviendas respondiendo a la necesidad material más urgente, sino que también se proyecte al futuro para prevenir situaciones similares a la ocurrida. Elaborar manuales, impartir talleres, diseñar planes de emergencia ante posibles desastres naturales, son estrategias importantes para lograr este fin.
Por Laureana Martínez Figueroa